Boeing inyectará 450 mdd a taxis aéreos autónomos - Grupo Milenio

Boeing se comprometió a invertir otros 450 millones de dólares en una empresa conjunta enfocada en el desarrollo de taxis aéreos autónomos, en lo que constituye la última señal del interés de los inversionistas por el incipiente sector, que ha visto cómo decenas de startups han atraído miles de millones de dólares en el último año.

El fabricante de aviones estadunidense indicó que los fondos adicionales se van a invertir en Wisk Aero, con sede en California, su empresa conjunta con Kitty Hawk, otra startup de aviación eléctrica respaldada por el cofundador de Google, Larry Page.

Wisk se diferencia de la mayoría de las compañías de taxis aéreos eléctricos en que se centra en el vuelo autónomo. La compañía no ha proporcionado una fecha para estar en servicio; sin embargo, señaló que su vehículo autónomo de transporte de pasajeros será el primero en ser certificado en Estados Unidos.

Los fabricantes de aviones rivales, Airbus y Embraer, junto con una serie de startups, están desarrollando sus propios taxis aéreos eléctricos. Ha sido uno de los mercados más de moda, a pesar de que la mayoría de las compañías todavía no tienen un prototipo volador capaz de transportar pasajeros.

El año pasado, se alcanzaron inversiones por más de 7 mil millones de dólares en empresas centradas en todo tipo de soluciones futuras para la movilidad aérea, de acuerdo con un análisis de la consultora McKinsey, lo que supone aumentar más del doble el financiamiento de los 10 años anteriores en el sector. El financiamiento total llegó a 12 mil 700 millones de dólares desde 2010.

El sector también anunció más de 7 mil 500 pedidos y opciones de todo tipo de vehículos aéreos eléctricos, así como de sistemas de propulsión, por un valor combinado de 30 mil millones de dólares, aunque muchos de ellos no eran vinculantes o estaban condicionados a plazos y resultados concretos.

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— Magalis Carrasco Thu Jul 21 06:28:05 +0000 2011

Casi la mitad de los 7.01 mil millones de dólares recaudados durante el año pasado, 48 por ciento se obtuvo en el marco de fusiones a través de sociedades de adquisición con propósitos especiales o SPAC, según datos de McKinsey. Las SPAC operan en los mercados de valores y luego van a la caza de una empresa objetivo con la finalidad de fusionarse.

Las acciones de varias de las compañías del sector que empezaron a cotizar en la Bolsa de Nueva York el año pasado operan muy por debajo de su precio de salida a bolsa original, ya que la euforia de algunos inversionistas ha disminuido.

Robin Riedel, socio de McKinsey que dirige el grupo sobre el futuro de la movilidad aérea de la consultora, afirmó que después de la “entrada masiva de capital” que se suscitó el año pasado, espera que las empresas pasen este año concentrándose en arreglar sus diseños de prototipos y en empezar a crear cadenas de suministro.

El hecho de que los operadores tradicionales, entre ellos las aerolíneas y otros integrantes, hayan participado en algunos de los acuerdos de financiamiento “sugiere que se lo toman en serio”, dijo Riedel.

Dos de los mayores retos externos de la industria son el desarrollo de la infraestructura y la certificación por parte de los organismos reguladores de la seguridad aérea. La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea indicó el año pasado que esperaba que las primeras operaciones comerciales de taxis aéreos con pilotos estuvieran en marcha en 2024-2025.

Más allá de sacar una aeronave al mercado, dijo Riedel, el mayor reto será “quién puede construir un negocio rentable”.