Carlos Galán: «Ser rico también es no tener que trabajar nunca más, yo lo he conseguido»

—¿Qué hay que hacer para ser rico?

—En el libro lo analizo desde el título, porque creo que ahí está la clave. El primer punto es pensar, tenemos que utilizar la mente antes de actuar para saber dónde podemos aportar ese valor. No hay una fórmula mágica, te vas a hacer rico porque aportas valor a otras personas. Puede ser de muchas formas: montando un negocio, dando servicio personal, con el arte, con el conocimiento, incluso con el entretenimiento. Ahora con las redes sociales vemos que hay gente que se está haciendo rica, y a priori, a ojos de los que nos suena un poco a chino todo esto, parece que no están aportando nada, pero sí, están entreteniendo a la gente. Segundo paso: hacer. No vale de nada leer, leer y formarse, si no hacemos nada. Y tercero, ¿qué significa rico? Hay gente que se lleva a engaño con el título y piensa que va únicamente de dinero, y no. El concepto de riqueza es mucho más amplio.

—¿A qué te refieres?

—La riqueza económica ya ha quedado reemplazada. Hoy en día, ya no va tanto de tener o ganar mucho dinero, sino de ser más libre financieramente. En realidad, los principios del libro están enfocados a conseguir que el lector se haga rico en un sentido amplio, por supuesto, económicamente, pero también a nivel de relaciones, intelectual, de salud, incluso espiritual...

—¿Qué implica conseguir libertad financiera?

—Consiste en que tú eres dueño de tu tiempo, tienes suficientes ingresos pasivos como para cubrir tus gastos, tu estilo de vida. Un ejemplo, si una persona tiene unos gastos mensuales de 2.000 euros, si trabaja, al final lo que está haciendo es vender su tiempo, a cambio consigue unos ingresos y cubre su estilo de vida. La libertad financiera consiste en desasociar los ingresos del tiempo dedicado. En mi caso, escribí unos libros que me dan ingresos pasivos, se venden mientras duermo independientemente de que dedique tiempo o no. El ejemplo más claro es tener pisos alquilados o dividendos de acciones de empresas, ya sean cotizadas o no. Hay muchas fuentes de ingreso pasivo. En el momento en que has acumulado unas cuantas, puedes dejar tu trabajo porque ya no lo necesitas.

—¿Has conseguido la libertad financiera?

—Sí. Ya no estás trabajando para vivir, ya no necesitas cambiar tu tiempo por dinero. Este concepto lo introdujo Robert Kiyosaki, autor de Padre rico, padre pobre, que es el otro gran bestseller a nivel mundial sobre libertad financiera. Él lo llama «escapar de la carrera de la rata». Para él, lo que estamos haciendo si nos metemos en la sociedad de hoy en día es lo siguiente: tengo unos gastos, voy a cambiar mi tiempo por dinero, a fin de mes recojo el dinero, lo vuelvo a gastar... y cada vez corremos más, porque conforme suben nuestros ingresos, subimos nuestros gastos. Estamos en el mismo punto, corriendo cada vez más rápido, como un hámster en la rueda.

—¿No se puede salir?

—Sí, hay que conseguir fuentes de ingreso pasivo a través de dos formas: una, invirtiendo en dividendos o incluso en negocios que te den un ingreso sin estar tú presente; y la otra, crearlos de la nada con tu cabeza, por ejemplo, escribir un libro, montar un canal de YouTube, un curso online...

—Dices que tener un trabajo estable y una cuenta de ahorro no asegura el futuro.

—Eso es. Evidentemente, mejor tenerlo que no tenerlo, pero nos estamos dando cuenta desde hace una década más o menos de que los trabajos, incluso los indefinidos, en cualquier momento pueden dejar de serlo. En la medida en la que tu economía depende de las decisiones de otros, no es algo muy seguro, y para mí no es inteligente tener únicamente esta fuente de ingresos, conviene diversificarlos. Cuando hablamos de libertad financiera corremos el riesgo de pensar que esto es blanco o negro, todo o nada. Por seguir con el ejemplo, o consigo esos 2.000 euros de ingreso pasivo o he fracasado, y no es tan así. A mis alumnos les explico cómo construir un patrimonio inmobiliario para vivir de rentas, y realmente hay un cambio importante conforme vas teniendo una parte de tus ingresos cubiertos. Aunque tengas el 50 %, eso ya te da una tranquilidad, ya vas al trabajo de otra forma, sabiendo que tienes una red de seguridad. Si esto se cae, no me quedo con cero. Esto no va solo de dinero, sino de generar más confianza para vivir las cosas de otra manera. En cuanto a los ahorros, depende de dónde los tengas. Los ahorros tienen que trabajar para ti.

—¿Cómo?

—Si tienes solamente un dinero en el banco, estás haciendo algo poco inteligente, porque ese dinero te podría dar más tranquilidad si estuviera bien invertido y estuviera generando un retorno.

—Pero la gente es reacia a invertir, ¿no?

—Efectivamente, mucha gente ve la inversión con malos ojos porque ha habido malas experiencias con preferentes, con bonos de Nueva Rumasa... Pero esto no nos debe servir de excusa para hacer algo con nuestro dinero. Es cierto que en la última década hemos tenido la inflación muy baja, y el dinero no perdía valor en el banco; ahora, estamos empezando a ver que la inflación empieza a ser fuerte y vemos que mucha gente no va a permitir tener dinero en el banco parado. Si se invierte de forma inteligente, diversificada, con el foco en el largo plazo, la historia está de nuestra parte. La bolsa, nos guste o no, es de los activos más rentables del mundo.

—¿Por dónde hay que empezar a invertir y con cuánto?

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—No es tan importante empezar con un capital alto, tiene más sentido empezar con poco, pero tener el hábito de meter un porcentaje de tus ingresos cada mes. Un 10-20 % es lo ideal, aunque al principio no es importante tanto la cantidad como el hábito. Como si inviertes 10-20 euros al mes. ¿Dónde? No tiene sentido invertir en acciones ni únicamente en España, vivimos en un mundo global y creo que hoy se puede invertir de una manera muy simple a través de los fondos de inversión con muy poco dinero, algo que con acciones sería inviable. Poniéndome más técnico, yo recomiendo los fondos indexados, la competencia de los bancos, la marca blanca.

—¿Qué te parecen las criptomonedas?

—Yo no invierto en ellas, tampoco voy a hablar mal, porque no me gusta opinar sin tener criterio. A mí personalmente lo que suena a hacerte rico rápidamente y sin riesgo me tira para atrás. El problema que veo es que no generan flujo de caja. Así como la bolsa o los inmuebles tienen un valor en la medida que generan beneficios; en las criptomonedas, divisas o metales preciosos no me meto porque no sé si estoy comprando bien o mal. Es un acto de fe, tú estás comprando eso porque nos hemos puesto de acuerdo de que vale dinero, pero no lo acabo de entender.

—Lo estamos viendo, la pensión no es sinónimo de jubilarse sin problemas. ¿Qué propones?

—Primero, calma. Pensiones va a haber. En el 2005 teníamos una situación muy buena, mucho empleo, crecimiento poblacional, y esto sostenía las pensiones. Eso cambió, ahora cada vez tenemos más pensionistas por cada cotizante, y además se vive más años, e inevitablemente hace que los cotizantes tengan que cotizar más, trabajar más años, y que la pensión sea menor. Pero de aquí a diez años podría ser que el país empezara a crecer fuerte, haya inmigración de nuevo, crezca la natalidad y que se resuelva, pero parece que la tendencia no es esa. ¿Qué propongo? Ser cada vez más libre financieramente de dos formas: creando ingresos pasivos para complementar la pensión, y por otro lado, creando patrimonio. Llegado el momento, si lo haces bien, invirtiendo no mucho, cien o doscientos euros al mes durante un plazo largo, te vas a encontrar con 300-500.000 euros sin hacer grandes cosas.

—Dices que ese dinero destinado a invertir hay que retirarlo nada más recibir la nómina.

—Efectivamente. Muchas veces lo hemos experimentado, ‘a fin de mes con lo que me quede ya ahorro, ya invierto o hago tal’ y al final, el dinero tiende a gastarse, siempre aparece algo. Que la primera factura que paguemos sea la de nuestro futuro, y propongo que sea automático.

—¿A qué edad habría que empezar?

—Yo empecé con 15 años.

—Para hacerlo a esa edad, hay que tener cierta inquietud.

—Sin duda. Sea cual sea la edad del lector que nos lee esa es la buena. En el libro digo: ‘El mejor día para empezar a invertir fue ayer, hoy es el segundo mejor día, mañana será tarde‘. Creo que es la clave.

—Si lo sabes todo sobre el éxito y hacerse rico.... ¿Cómo es que no estás en la lista Forbes?

—No lo sé todo, para nada, yo soy libre financieramente. Para mí el objetivo no es tener diez millones de euros y un jet privado, tengo un estilo de vida normal y tengo la suerte de que con lo que he ido creando no necesito trabajar.

—Es otra forma de ser rico.

—Eso es.

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