Un cuento antes de dormir como parte de la rutina de salud familiar
¿Está buscando un sustituto al biberón o a la lactancia materna para hacer dormir a su niño? No hay cosa mejor que un libro a la hora de dormir, aseguran las especialistas Laura A. Jana y Jennifer Shu, de la Academia Americana de Pediatría.
Es normal que usted desee que el niño no dependa de una bebida, por sana que sea, para relajarse. Los libros pueden servir como una señal perfecta de que es la hora de dormir. Piense en lo que sucede cuando está cansado y trata de leer: ¡eventualmente, se queda dormido! Es un hábito saludable que se forma para toda la vida.
Los estudios, dicen las doctoras Jana y Shu, demuestran que los niños que cuentan con una exposición activa al lenguaje tienen ventajas sociales y educativas, y la lectura es una de las mejores formas de exposición al lenguaje.
Leerles a los niños pequeños establece las bases para que luego sean lectores independientes. Los problemas de lectura pueden ser difíciles de solucionar cuando se detectan en la escuela, pero la mayoría pueden prevenirse si la exposición a la lectura comienza en la primera infancia y en los años previos a la escuela.
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¿Por qué debo leerle a mi bebé?
Es posible que se pregunte cuáles son los beneficios de leerle a un bebé. El bebé no entenderá todo lo que usted hace, ni tampoco por qué lo hace. Pero leer en voz alta a su hijo es una actividad compartida que puede continuar durante años, y es un estímulo importante, afirma la pediatra Elana Pearl Ben-Joseph, de la Fundación Nemours.
Leer en voz alta le enseña al bebé a comunicarse, introduce conceptos como los números, las letras, los colores y las formas de una manera divertida, desarrolla aptitudes de audición, memoria y vocabulario y les da a los bebés información sobre el mundo que los rodea.
Para cuando los bebés cumplen el primer año de vida ya han aprendido todos los sonidos necesarios para hablar su idioma nativo. Sí, aunque aún no puedan reproducirlos. Cuantas más historias le lea al bebé, más expuesto estará a más palabras y mayor facilidad tendrá para hablar.
Escuchar palabras ayuda a formar una gran red de palabras en el cerebro del bebé. Al llegar a los dos años, los niños cuyos padres les hablan o leen con frecuencia saben más palabras que los niños a los cuales no se les ha leído. Los niños a los cuales se les lee durante los primeros años de vida tienen más posibilidades de aprender a leer en el momento adecuado.
Cuando lee, su hijo escucha cómo usted utiliza diferentes emociones y sonidos para expresarse, y así desarrolla su habilidad emocional, social y de razonamiento.
Pero la razón más importante para leerle en voz alta a su hijo es establecer una conexión entre las cosas que su bebé más quiere: la voz y la presencia de sus padres, y los libros. Pasar tiempo leyéndole a su bebé demuestra que la lectura es algo que vale la pena aprender. Y si a los bebés y los niños se les lee con alegría, entusiasmo y creando un vínculo especial, comienzan a asociar los libros con la felicidad y se comienza a crear un amor por la lectura.
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No necesita juegos, tarjetas educativas o instrucción especial para que un niño pequeño adquiera estas habilidades. Solo léales con frecuencia.
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Algunos consejos de lectura adicionales:
No es necesario quedarse quieto
Puede ser frustrante intentar leerle a un niño pequeño que no quiere quedarse quieto. Es importante ser paciente y seguir intentando. Busque un libro o algunas páginas que sean de interés. De no ser posible, no fuerce la lectura, pero asegúrese de volver a intentarlo más tarde. Recuerde que a los niños pequeños les encanta la repetición: si su hijo parece no estar interesado en los libros, es posible que deba encontrar uno de sus favoritos y leerlo una y otra vez.
A algunos niños pequeños activos les gusta pararse mientras lee. A otros les gusta mirar una o dos páginas antes de ponerse a hacer otra cosa. No guarde el libro: es posible que los niños quieran volver a usarlo más tarde, deseo que debe fomentar.
No se preocupe si su hijo no puede quedarse quieto durante toda la lectura: el período de atención de los niños pequeños pronto se extenderá. Es posible que quiera seguir leyendo, aunque su hijo no se quede quieto. Antes de la hora de dormir, deje que su hijo toque sus juguetes favoritos y juegue con ellos mientras lee en voz alta. El sonido de su voz actuará como un relajante recordatorio de que ha llegado su rutina para la hora de dormir y de que los libros son parte de dicha rutina.
Se dará cuenta de que su hijo puede quedarse quieto con mayor facilidad si colorea o juega con uno de sus juguetes favoritos mientras lee. No dé por sentado que su hijo no está interesado o no está escuchando si no está mirándolo o no está mirando el libro.
Para que su hijo desarrolle asociaciones positivas con la lectura, considere dejar el libro a un lado y retomar la lectura más tarde, si lo ve desinteresado.
Recuerde que leerle a su hijo es solo una de las formas de fomentar las habilidades emergentes para leer y escribir. También puede hablar con su hijo durante el día, cantar canciones con él, jugar juegos de rimas e inventar sus propias historias juntos. Recuerde darle papel y crayones a su hijo para que pueda practicar la escritura.
Es posible que deba limitar el tiempo que su hijo pasa frente a una TV u otros dispositivos electrónicos. La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los niños menores de 18 meses de edad no sean expuestos a ninguna pantalla, con la excepción de conversaciones por video con familiares y amigos. Los niños entre 2 y 5 años no deben pasar más de 1 hora diaria y deben estar acompañados de un adulto que les explique lo que están viendo.
Cómo elegir libros para los niños pequeños
Los niños pequeños quieren sentirse incluidos y competentes. Por ello, elija libros cuya lectura puedan seguir, en especial aquellos que contienen texto repetido de modo que puedan completar con palabras. Para mantener el interés de su niño pequeño, elija libros que tengan poco texto en cada página y libros sobre temas que sabe que a su hijo le interesan.
Para los niños más pequeños (de 12 a 24 meses), deberá elegir libros resistentes de cartón con imágenes (especialmente fotos) de niños haciendo lo que acostumbran hacer todos los días. Los libros sobre la hora de dormir, la hora del baño o la hora de comer son una buena elección, así como los libros sobre decir hola o adiós. Mantenga ocupadas las manos inquietas con páginas desplegables y texturas que su hijo pueda sentir.
Los niños pequeños de 24 a 36 meses comienzan a ser capaces de dar vuelta las páginas de papel, por lo que es un buen momento para ir más allá de los libros de cartón. También comienzan a comprender el mecanismo de la lectura y les gustan los libros que son repetitivos y fáciles de memorizar, de modo que puedan “leer”.
En este momento, comenzará a descubrir los intereses de su hijo. Ya sean trenes, camiones u osos de peluche, busque libros acerca de estas cosas que le interesan. A los niños de esta edad también les gustan los libros sobre niños, familias y animales.
A los niños pequeños les encanta mirar libros hechos a mano, álbumes de recortes o de fotos de gente que conocen (intente incluir leyendas simples). Las poesías y los libros de canciones también son buenas opciones para este grupo etario. Posiblemente se dé cuenta de que la hora de lectura se convertirá en la hora de canto.
Mantener los libros al alcance de los niños
La hora de lectura no es la única oportunidad que tienen los niños para dedicarle tiempo a los libros: a los niños pequeños les encanta elegir y mirar libros por su cuenta. Guarde los libros en una cesta en el piso o en un estante bajo de modo que su hijo pueda alcanzarlos y mirarlos por su cuenta. Guarde algunos libros en el auto y siempre tenga algunos a mano en su bolso en caso de tener que esperar durante mucho tiempo en el médico o hacer colas en la oficina de correos.
Visite la biblioteca o la librería y deje que su hijo elija libros para leer en el hogar. Muchas bibliotecas y librerías cuentan con horas de lectura para niños pequeños que los niños disfrutan. Y deje que su hijo lo vea leyendo: él sin duda lo imitará. (F)
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