Bancos ya limitan al 15% los depósitos en billetes de $ 100 y $ 200
Mochilas, valijas, bolsas de consorcio, cajas de cartón. Discusiones con gerentes de bancos, explicaciones razonables pero incomprensibles. Cálculos apurados para no perder dinero y, lo peor, disposiciones que se aplican de hecho, sin estar escritas en ninguna parte.
La sobreabundancia de billetes de baja nominación, especialmente los de 100 pesos, disparan días alocados en las empresas y en los bancos. Manejar millones de pesos en “físico” –como se lo denomina– se ha convertido en una verdadera tortura para la economía real que modifica usos y costumbres en las transacciones.
La cantidad de moneda en papel existente en un contexto inflacionario ha llevado, por ejemplo, a que algunos bancos privados pongan límites a los depósitos en pesos con billetes chicos. Se habla de un 15% del total del depósito, no más.
“Es que ya no entran en ningún lado, a punto tal que buena parte del físico queda afuera de la bóveda”, confesó a La Voz un alto ejecutivo de una entidad bancaria privada que, por razones obvias, pidió reserva de fuente. “Claro que para que les rinda, si quisieran robarlo, deberían venir con dos camiones, de lo contrario se llevarían chauchas”, ironizó el interlocutor.
Un millón de pesos con billetes que lleven el rostro de Julio Argentino Roca, de Eva Perón o del Venado Andino, implica manipular 100 fajos de 100 billetes. La recaudación diaria de determinados rubros del comercio minorista puede superar tranquilamente ese volumen.
Ni qué hablar cuando se escala a actividades que concentran la recaudación por motivos administrativos. Es una lluvia de billetes que hay que controlar, contar, atar y estoquear. La mitad de la cantidad total de billetes que circulan en el país son de 100 pesos.
Pero una vez realizadas todas esas acciones que implican también disposición de personal y logística, aparece otro problema: varios bancos de la plaza Córdoba (y se supone que en el resto del país también) pusieron un límite a los depósitos con estos billetes. Algunos se atreven a cobrar una comisión del uno o del dos por ciento, según la relación que tengan con el cliente, para recibirlos.
Ajetreo cotidiano
“Con el banco con el que trabajamos llegamos a un acuerdo para que no nos cobren comisión, nos dicen que no tienen medios para manejar tantos billetes. En algunos casos tenemos acuerdo con los tesoreros, les dejamos las mochilas o las bolsas para que cuenten cuando tengan tiempo y acrediten el depósito”, indicó a este medio un empresario con decenas de puntos de venta.
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Según esta fuente, la baja existencia de billetes de 500 y 1.000 pesos complica más el panorama. “Hasta ahora es una ‘renegada’, sólo podemos depositar en una sucursal porque en el resto no conseguimos ningún acuerdo”, apuntó.
Aun cuando existe una estrategia para desincentivar el uso de billetes por parte de los consumidores para pasar a medios de pagos electrónicos, según datos del mercado cordobés a los que accedió La Voz, el empleo de papel moneda creció a razón del 12% en 2021. “Está muy por debajo de la inflación, pero sigue creciendo y ocasiona un costo mover esa plata”, dijo un gerente.
Logística
Uno de los motivos es que los precios de los traslados no siguen las variables del sistema financiero sino de la inflación real. Por ejemplo, quienes van arriba de los vehículos de caudales están afiliados al Sindicato de Camioneros. A junio del año pasado el acuerdo paritario implicó una suba del 45%, pero en diciembre se acordó el pago de un bono adicional de 48 mil pesos en cuatro cuotas.
Esas actualizaciones van directamente al costo del servicio que prestan mayoritariamente dos grandes compañías con despliegue en todo el país, Brinks y Prosegur. Otras, de menor tamaño, se movilizan en un ámbito regional pero igualmente siguen a las grandes con sus precios.
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¿Cuánto cuesta movilizar un camión de caudales? El cálculo es complejo porque coexisten diferentes situaciones. Hay bancos internacionales que, por ejemplo, tienen acuerdos con una misma compañía para todos los países donde están y pagan menos. Los recorridos y los seguros también inciden.
Sin embargo, con grandes márgenes de diferencia, ese costo se sitúa entre el 0,8 y el uno por ciento del monto total transportado. No es igual llevar un camión desde esta Capital hasta una ciudad del interior, que trasladar dentro de la misma ciudad hasta una sucursal. A ese porcentual se agrega unos 150 pesos por kilómetro recorrido.
Otro punto es cuánto dinero entra en un camión. Ahí ya talla la nominación de los billetes. Si son de 500 o 1.000, pueden ir hasta 200 millones de pesos. Es la teoría, en la práctica pueden viajar 10, 50 o 100 millones.
“Enviar un camión lleno de billetes de 100 es trabajar a pérdida”, insisten en los bancos para justificar el intento de percibir una comisión o de limitar la descarga de papel moneda por parte de sus clientes.
A las recaudadoras extrabancarias que cobran servicios de terceros –Rapipago o Pago Fácil– también se le suman complicaciones con los billetes chicos. “No es efectivo propio, recaudan, guardan y transfieren”, señaló Martín R., titular de una boca de cobranzas.
Ni el BCRA los quiere
La relación entre los bancos y el Banco Central también está tensionada por este motivo. Éste dejó de recibir los billetes de 100 para los depósitos y, ante el exceso, autorizó a que los bancos realicen una Custodia Interbancaria de Billetes (CIB). Es decir, que una entidad le pase billetes a otra bajo auditoría de la autoridad monetaria.
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“Pero los bancos hacen la custodia en billetes grandes, no en los chicos”, dijo otro directivo especializado en la temática.
En algún momento hubo entidades que intentaron acuerdos para pasarle los billetes chicos a bancos como el Nación y el Córdoba, que pagan jubilaciones y pensiones, pero ante el desborde de papel la acción se frenó.
Cuando un banco no tiene despacho de grandes cantidades de pagos por ventanilla, como los casos de Santander, Macro o Galicia, enviarlos al BCRA en Buenos Aires es todo costo. Colocarlos en los cajeros automáticos también resulta inviable. Una extracción promedio ronda en la actualidad los 15 mil pesos, como la boquilla del aparato tiene un límite de 40 billetes, implicaría cuatro operaciones para alcanzar ese monto con un elevado ritmo de reposición. Prefieren poner billetes de 500 y 1.000, y al resto tratar de canalizarlos por el cajero físico lo que a veces supone otro tironeo con los clientes en las ventanillas.
Una alternativa en el caso de los depósitos pasaría por realizar el encaje del 20% que obliga el Banco Central y al resto invertirlo, por ejemplo, en pases o Leliqs. Guardar billetes supone asumir la perdida de esa rentabilidad potencial. “Si me quedo con mil millones de pesos en billetes de 100, en el año resigné 370 millones”, calcula un tesorero. Pero hacerlo también implicaría afrontar costos ocultos como las tasas municipales a los rendimientos financieros. En Córdoba Capital es del 5% más un fondo extra que agrega 2,5%: 7,5% en total.
Sin duda que una solución para estos dilemas pasaría porque el Gobierno disponga la impresión de billetes de mayor denominación. Se hablaba de uno de 5.000 pesos con la imagen de Ramón Carrillo o de Rosario Vera Peñaloza. Pero hacerlo implicaría reconocer abiertamente el descalabro inflacionario.
Los billetes de $ 5.000 y de $ 10.000 aún no llegan
En numerosas ocasiones se manejaron trascendidos, pero nadie conoce con precisión en qué está en la actualidad la posibilidad de que el Gobierno instruya al Banco Central para que proceda a sacar al mercado billetes de 5.000 y de 10.000 pesos.
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En la página de la autoridad monetaria, hay 13 billetes en circulación con nominación de 10, 20, 50, 100, 200 y 500 pesos. Algunos con un mismo valor, como los de 50 y los de 100 pesos, aunque cuenten con ilustraciones y serie diferentes.
A precios de este lunes, el billete más grande que circula en la Argentina, el de $ 1.000, equivale a 9,12 dólares oficiales o a 4,48 dólares paralelos.
En agosto del año pasado, Pablo Blanco, senador de Juntos por el Cambio, presentó un proyecto para que se avanzara en la emisión de billetes de 5.000 y de 10.000 pesos. En los hechos, lo que hizo fue acelerar la emisión, pero la de 1.000 pesos.
Los tiempos políticos también condicionan una salida al problema.
Emisión de billetes: cuándo hacerlo
En el marco de un plan económico integral, como el que piden el FMI y la oposición, incluir la emisión de billetes de mayor denominación no desencajaría. De hecho, varios planes económicos a lo largo de la historia argentina nacieron acompañados de una nueva moneda, como por ejemplo el plan Austral y el plan de Convertibilidad.
Hacerlo por fuera de ese contexto y sin controles podría resultar complicado, dado que el monto total de la emisión sin absorber los pesos ya existentes puede generar tensiones económicas y políticas .
Mientras tanto, de aquella idea de emitir un billete de 5.000 pesos, por ahora solamente ha quedado el diseño con las figuras del sanitarista preferido del Gobierno, Ramón Carrillo, y de la educadora y pedagoga riojana Rosario Vera Peñaloza.
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