Jimena, en la cancha de los desaparecidos - Revista Factum
La futbolista de 21 años, Jimena Ramírez, desapareció la noche del 24 de octubre en la colonia Quezaltepec, en Santa Tecla, cuando fue a la tienda en medio de un partido de fútbol. Sus compañeras de equipo lideran su búsqueda.
Fotos: Gerson Nájera y Natalia Alberto/ Ilustración: Victoria Delgado
La plaza Salvador del Mundo es un empalme de contrastes. Mientras un joven fotografiaba a su novia frente un árbol navideño de 35 metros, un grupo de mujeres clamaba por la búsqueda de una futbolista desaparecida. “Por Jimena, por todas y todos, sus vidas son importantes”, “Espero que regreses con vida, Jimena”, “Te queremos de vuelta, no más violencia”, se leía el sábado 30 de octubre en las pancartas con las que jugadoras de la liga femenina salvadoreña pidieron que se intensifique la búsqueda de la jugadora Jimena Ramírez, de 21 años, quien fue reportada como desaparecida el domingo 24 de octubre.
Jimena es una centrocampista que no pierde ningún balón. Su aguante y perseverancia al momento de contener a su equipo le han permitido ganarse el respeto de sus rivales. Ha estado en tres equipos: Sonsonate, Atlético Marte y Alianza. Le pega fuerte a la pelota, define goles y defiende muy bien en la media cancha, según cuentan sus compañeras. La joven desapareció a las 8:00 de la noche, en la colonia Quezaltepec, de Santa Tecla, después de separarse del grupo para ir a una tienda que está cercaa la cancha donde jugaba. No volvió.
“A las futbolistas también nos desaparecen. Subrayamos que no es la ropa que usamos, no es la hora, no es lugar, es porque somos mujeres”, dijo una de las voceras de las futbolistas y feministas que se reunieron al pie del Salvador del Mundo el pasado sábado.
Jimena vestía blusa morada y zapatos deportivos rojos. La cancha donde fue vista por última vez es de grama sintética, está rodeada de malla ciclón y tiene una red para evitar que las pelotas se pierdan en la quebrada que atraviesa la zona.
“Nos dimos cuenta que ella no había llegado a su casa en las redes sociales. Fue muy duro para todas las jugadoras que hemos convivido con ella en todos los equipos, porque es amigable, respetuosa, iba a todos lados donde la invitaban a jugar. Es una gran inseguridad, ya no sabemos si vamos a regresar a nuestros hogares”, dijo una jugadora del Alianza Women F.C., quien pidió que no fuera colocado su nombre en esta publicación. Tiene miedo tras la desaparición de su amiga.
No fue la única jugadora con esa sensación en la concentración. Cinco jóvenes más que fueron entrevistadas por esta revista en la plaza Salvador del Mundo tampoco quisieron identificarse por temor.
Pero no están paralizadas. Buscan a Jimena por todos los medios posibles. Comparten información en redes sociales y hablan continuamente de las medidas personales que han implementado para protegerse.
“No viajamos en Uber solas, en bus también da miedo, buscamos un transporte que nos lleve juntas y siempre avisamos hacia dónde nos vamos a mover; también investigamos la zona donde vamos a jugar. Tratamos de que sea una buena persona la que nos lleve a jugar para salir bien, que no sea tragedia”, explicó una joven que milita en el Atlético Marte, equipo donde jugó Jimena.
Un joven sostiene un cartel en la concentración para exigir la búsqueda de Jimena, el pasado 30 de octubre.
Entre enero y junio del 2021, la Fiscalía General de la República reportó 610 personas desaparecidas, según detallaron en octubre pasado organizaciones de derechos humanos en una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sólo en el municipio de Santa Tecla seis jóvenes han sido reportados como desaparecidos en los últimos dos meses, de acuerdo con una publicación de El Diario de Hoy. Entre esos casos está el de Jimena.
Las organizaciones sociales señalan que la inexistencia de un registro único nacional de personas desaparecidas, que sea de acceso público y que diferencie las víctimas, evita que se conozca de manera clara la magnitud del fenómeno.
En la actualidad existen datos recopilados por distintas instituciones estatales y de organizaciones no gubernamentales que captan denuncias de familiares de víctimas de desaparición. Para abordar el fenómeno en toda su dimensión, apunta la sociedad civil, el Estado debe abstenerse de estigmatizar a las personas que buscan a sus desaparecidos y a las organizaciones que los acompañan.
“Hay que recalcar que en el caso de las mujeres, sobre todo, se enfrentan a distintas estigmatizaciones por razón de género. Por ejemplo, se alega muchas veces que las mujeres han huido con alguna pareja o expareja; que han salido fuera del país de manera irregular. Esto minimiza el impacto de que otras personas puedan también activar mecanismos de búsqueda”, dijo Zaira Navas, abogada de Cristosal, en la audiencia ante la CIDH.
Arely Ramos (a la izquierda) es jugadora del Atlético Marte y dice que no se siente segura. También exige al gobierno más seguridad para las mujeres deportistas.
Ante la falta de atención del Estado, las redes sociales también alojan las búsqueda desesperada de familias y amigos de desaparecidos. Una recopilación de La Prensa Gráfica publicada este 1 de noviembre indica que en la actualidad existen 150 búsquedas activas de desaparecidos en todo el país.
Los familiares de los desaparecidos viven un duelo anticipado. Sufren aún sin confirmar un fallecimiento, explica el sicólogo Estuardo Valdez Bonilla, especialista en tanatología, la disciplina que aborda las pérdidas y el sufrimiento humano. Él compara el dolor de los familiares y amigos de los desaparecidos con el vivido por los seres queridos de pacientes de enfermedades terminales.
“Por ejemplo, a una persona que le diagnostican cáncer, desde ese momentito toda la familia empieza a pensar que tarde o temprano se va a morir. Las personas comienzan a vivir el dolor, porque se anticipan de que van a perder a alguien”, explica el socio fundador y director educativo en Asociación Guatemalteca de Tanatología y Cuidados al Final de la Vida INTEGRA.
Las futbolistas hicieron algunas piruetas en la concentración del 30 de octubre para exigir la búsqueda de Jimena.
El pasado 30 de octubre, las futbolistas hacían piruetas con pelotas de fútbol para llamar la atención de los transeúntes y de las autoridades salvadoreñas. Les impacta no poder jugar al fútbol, ni divertirse con tranquilidad. La Primera División femenina de fútbol nació en 2016. Está integrada por doce equipos y es regulada por la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut). Paralelo a la liga profesional, las jugadoras disputan partidos amistosos en diferentes colonias y en torneos relámpagos. Esos partidos, casi siempre, son en la noche y los fines de semana. Tras la desaparición de Jimena, las jugadoras analizan dar un giro en esa dinámica.
“Así como está la situación ya no vamos a ir a ningún lugar de esos, porque nos da miedo. Somos mujeres y estamos vulnerables ante la inseguridad de nuestro país. Lo que sucede es que no se puede entrar solo por entrar, usted bien sabe, ahora nos hace preguntarnos si es peligrosa”, comentó una jugadora de Alianza.
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