¿Hasta qué punto es normal que se desgasten las suelas de los zapatos?
MADRID, 15 Sep. (EDIZIONES) -
Las suelas de los zapatos están fabricadas de diversos materiales. Lo más habitual es que sean de distintos tipos de goma, aunque también podemos encontrarlas de materiales naturales como el cuero en algunos zapatos de vestir. Su desgaste puede conllevar una serie de lesiones que debemos conocer.
"Caminar es un gesto que repetimos miles de veces y está claro que nuestra forma de pisar influye directamente en el desgaste de las suelas de los zapatos. De hecho, analizando el desgaste de la suela podemos hacernos una idea bastante precisa de la forma de pisar de una persona y de si dicha forma de pisar es correcta o incorrecta", subraya en una entrevista con Infosalus el podólogo deportivo Víctor Alfaro, director general de Clínicas Podoactiva.
Este experto señala que lo habitual en una persona que tenga una marcha normal es que la suela del zapato se desgaste más por la zona del talón externo y por la zona del primer dedo.
"Esto es así porque en el primer momento del paso (lo que denominamos el primer 'rocker de la marcha') el pie contacta contra el suelo por la zona externa del talón. Técnicamente decimos que el pie entra en el suelo 'supinando', es decir, apoyando más por la zona externa", agrega el también colaborador del Comité Olímpico Español y del Comité Paralímpico Español.
A continuación, dice que el pie comienza a pronar, es decir, que el pie va desplazando la carga hacia el interior (se va aplanando) hasta que queda todo el pie apoyado en el suelo (este es el segundo 'rocker de la marcha'); y por último, se produce el despegue, que se debe producir por el primer dedo (ese es el tercer 'rocker de la marcha').
"El primer dedo es el que realiza el trabajo de propulsión en ese despegue y por ese motivo lo habitual es que con el uso se desgaste más esa zona. Estamos hablando de que el desgaste en la zona lateral externa del talón y la zona del primer dedo es normal, siempre que no se produzca en un periodo de tiempo demasiado corto", afirma el también podólogo del primer equipo del Real Madrid CF.
Es más, Alfaro sostiene que cuando un paciente tiene una supinación mayor de lo normal (por ejemplo, es muy habitual en los pies cavos), el desgaste en la zona externa suele ser excesivo y se debe buscar una corrección, ya que de no corregirlo puede generar distintas patologías (sobre todo en la rodilla).
Con ello, este podólogo incide en que si las zonas que se desgastan ligeramente más con el uso son las del talón externo y la zona del primer dedo podemos considerar que es normal.
Ahora bien, advierte de que si el desgaste se produce o bien en esas zonas en un espacio de tiempo muy corto, o bien en otras zonas de la suela, es importante consultar con un especialista: "Por ejemplo, desgastar la zona interna del talón es un claro indicador de una marcha patológica que debemos corregir para evitar diversas patologías tanto en el pie como en la rodilla principalmente".
A juicio del director general de Clínicas Podoactiva, ante cualquier desgaste que se salga de lo que se ha catalogado anteriormente como normal, se debería acudir a un podólogo que disponga de la tecnología necesaria para realizar un correcto estudio de la pisada, tanto en situación estática como dinámica.
"Hoy en día contamos con sistemas como las plataformas de presiones, los sistemas de análisis cinemático en 4D, los escáneres 3D, la filmación en alta velocidad, entre otras, que nos ayudan a poder realizar diagnósticos de la marcha muy precisos y a poder buscar la mejor solución en cada caso, afirma.
De hecho, avisa de que puede conllevar riesgo de lesiones el emplear calzado con suelas desgastadas, poniendo algunos ejemplos: "Si hay un desgaste excesivo por la zona externa del zapato tenemos muchas más posibilidades de sufrir por ejemplo esguinces de tobillo o lesiones en la cara interna de la rodilla (condropatías, meniscopatías, etc en la cara interna de la rodilla). Si hay un desgaste excesivo por la zona interna de la suela tenemos más posibilidades de sufrir lesiones como los juanetes, metatarsalgias, fascitis plantar y patologías de la cara externa de la rodilla (condropatías y meniscopatías en la cara externa de la rodilla)".
LA SUELA DE LOS DEPORTISTAS
Por otro lado, el podólogo deportivo llama la atención sobre el hecho de que es importante entender que es posible que una suela haya perdido su capacidad de amortiguación pero que, en cambio, a la vista no la veamos muy desgastada.
"Esto es especialmente importante en las zapatillas de deporte. En corredores aconsejamos el cambio de zapatilla a los 800-1.000 kilómetros de uso. A veces vemos zapatillas que, a pesar de llevar un número importante de kilómetros, no se aprecia el desgaste pero en cambio cuando se realizan ensayos en el laboratorio podemos comprobar que han perdido su capacidad de amortiguación por lo que su uso para correr puede ser muy lesivo para las articulaciones", sentencia Víctor Alfaro, director general de Clínicas Podoactiva.
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