Trucos para que los zapatos no resbalen - NIUS

El otoño es una estación conocida por sus ingredientes típicos, los paisajes de colores rojizos, el cambio de hora y la abundancia de precipitaciones. Ahora que es más común caminar bajo la lluvia o sobre el suelo mojado, también aumenta el riesgo de que suframos un desafortunado resbalón.

Además de las condiciones climáticas o el estado del suelo, nuestros zapatos pueden resbalar por otros motivos como tener una suela que no sea de goma o que esté desgastada. Si tienes unos zapatos que te encantan, pero que no te pones porque tienden a resbalar, te contamos unos cuantos trucos para que puedas comenzar a lucirlos sin miedo.

1. Aplicar laca

El truco de rociar laca en la suela de los zapatos es uno de los más económicos y efectivos. Aunque puede parecer sorprendente, la laca para el pelo puede usarse para este y otros trucos caseros, como la limpieza de las manchas de grasa.

Para aplicar la laca en el zapato deberás asegurarte de rociar solo la suela para no manchar la piel o tejido. Después, deja secar completamente el zapato antes de utilizarlo.

Cuando la laca se haya secado, se habrá creado una película plástica antideslizante que mejorará la adherencia del zapato y repelerá el agua y la humedad.

2. Empapar con un refresco

Otro truco consiste en emplear un refresco azucarado. Para ello, empapa un algodón o papel absorbente con esta bebida y aplícalo por la suela del zapato. Deja secar completamente para que se cree la superficie adhesiva.

3. Mojar con agua y azúcar

Si no tienes refrescos en casa, otra alternativa todavía más económica consiste en mezclar agua tibia con una buena cantidad de azúcar. Remueve los ingredientes hasta que los granos de azúcar estén bien disueltos, aplica la solución en la suela con la ayuda de un algodón o papel absorbente y deja que se seque.

4. Frotar una patata

El truco de la patata seguramente es el más insólito de esta lista. Este utiliza el almidón de la patata para crear una capa antideslizante que permite que la suela se agarre mejor en entornos mojados o suelos resbaladizos.

Este método es tan sencillo como cortar una patata por la mitad, frotarla por toda la suela y dejar secar por completo.

5. Pasar un papel de lija

Aunque pueda parecer que la lija serviría para conseguir el efecto contrario, lo cierto es que puede ayudar a crear un poco de rugosidad en las suelas para que se adhieran mejor al suelo. Este truco está especialmente indicado para suelas con poco dibujo o suelas con goma brillante.

Para este método, utiliza una lija de grano fino y ten cuidado con la piel o tejido del calzado. Frota la suela con movimientos suaves y circulares y haz especial hincapié en la zona delantera y en la planta del zapato.

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